jueves, 30 de diciembre de 2010

AÑO NUEVO, DOLOR VIEJO

Tumba de inmigrantes sin identificar en el desierto que separa Mauritania del Sáhara occidental.
No me resisto a incluir en el blog la reflexión que con motivo del día de los inocentes, o con la llegada del nuevo año, hace el arzobispo de Tánger Fr. Santiago Agrelo, ya que es un ejemplo práctico de cómo podemos mirar la realidad que nos rodea, de cómo leer los signos de los tiempos y desenmascarar los ídolos que nos acechan, a menudo bajo la forma de demonios inteligentes agazapados en nuestras mentes bienintencionadas.

Tenía que hablar de la paz, pero he de cambiar argumento.
El correo que recibí decía así: “Cuarenta y dos personas detenidas en Mesnana en nochebuena. Entre ellas mujeres embarazadas y mamás con bebés. Algunos enfermos.
Uno declara que habían salido al mercado para comprar algo para la cena, otros estaban cantando a la navidad cuando tocaron a su puerta”.
Dos días antes nos habíamos encontrado. Bajamos a la cripta de la catedral. Estaba prevista oración común, mesa común, y un obsequio que cada uno pudiese llevar a su casa. Presidía su pastor, un joven negro, revestido de túnica blanca, deslumbrante como luz de resurrección. Cantaron con el alma, como el alma de África sabe cantar. Escucharon la palabra del pastor. No sé de qué les habló, pero sé que participaron en el sermón con aclamaciones de alabanza y asentimiento por cuanto el pastor les decía. Era una hermosa vigilia de Navidad, para gente buena de África, para hombres, mujeres y niños que buscaban en el canto, en la palabra y en la oración una presencia amiga y la paz que necesitaban para que el cielo los cobijase en horas de miedo.
Hoy están detenidos. Aislados. Sin comida. Angustiados. Hombres, mujeres y niños, gente peligrosa que asalta el cielo con oraciones y pone en peligro los sueños de Europa. Mañana los habrán deportado. No volverán a sus casas. Serán entregados al desierto, chivos expiatorios de nuestra salud económica, animales que abandonamos porque nos molesta su presencia.
No me pregunten quién es el miserable que los va a entregar, pues no es más que un mandado del sanedrín que lo paga.
Europa legisla y paga: los fuertes determinan dónde empieza y dónde acaba la libertad de los débiles, los sobrealimentados deciden sobre la mesa de los hambrientos, de modo que a los pobres no sólo les falte el pan, sino que se les cierren también los caminos para que puedan ganarlo dignamente.
La desesperación de los africanos en las comisarías de Marruecos la justifican leyes europeas y la subvenciona el euro.
Hoy, desde África, sube hasta Dios el grito del dolor inocente, y ese grito será testigo de cargo contra los dioses que continúan crucificando al hijo del hombre.

jueves, 23 de diciembre de 2010

La propuesta de Belén a nuestro mundo actual

Navidad, Discordancia Esperanzadora

En nuestro mundo, tan amenazado por la crisis, la pobreza, la exclusión... y oscurecido por tantas malas noticias, la Navidad nos ofrece otra luz, que nos posibilita verlo desde la mirada de Dios. Modelos de esta nueva mirada son María, José y los pastores, que descubrieron otra realidad que les llenó de alegría y esperanza.
Esta nueva realidad es el nacimiento de Jesús, un niño ignorado, débil, rechazado, pero en Él se inicia una nueva humanidad y es portador de una gran noticia para todo el pueblo, es el salvador. 


 

En María “Dios se ha hecho carne.


En nuestro mundo dominado por “los mercados”, contaminado por el poder, por la ley del más fuerte, por el afán del tener y consumir, se ha encarnado el Dios de la vida, de la ternura y misericordia y desde dentro lo va transformando.
Desde el fondo de nuestra realidad pecadora Dios hace brotar la salvación.
Belén hoy sigue proponiendo una alternativa radicalmente opuesta a la del mundo:

  • Frente al poder y la ley del más fuerte, la debilidad;
  • Frente a la violencia y culto a la fuerza, la no-violencia, el perdón y la reconciliación;
  • Frente al deseo de tener y consumir, la cultura liberadora de la pobreza. 
Esta es la propuesta de Belén a nuestro mundo actual

domingo, 19 de diciembre de 2010

Relato de la creación y diálogo intercultural.

En la reflexión sobre el relato de la creación (Gn 1,1-2,4) surgieron muchos aspectos de una gran riqueza de cara a un proyecto liberador. Destacamos uno que tiene que ver con el pasaje en que se dice “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza... Y creó Dios a los hombres a su imagen; a imagen de Dios los creó; varón y mujer los creó.

Dios quiere la unidad en la diversidad. De la unidad y de la diversidad nacerá la vida. Afirmación que sirve para sirve para destacar que en una realidad como la nuestra marcada por la multiculturalidad, de esa unidad en la diversidad, nacerá la novedad, emergerá un nueva sociedad integradora de las diferencias, que haga la vida para todos los hombres y mujeres, creados a su imagen y semejanza.

De cara a este diálogo intercultural, se señaló que la visión cristiana de la creación puede aportar algunos elementos importantes para la construcción de la nueva sociedad integradora. En concreto:

  • La idea de ser hijo/a que implica aceptar que el origen de la vida es la gratuidad, y que nos lleva a combatir la existencia actual de hombres y mujeres sin derechos.
  • La idea de hermano universal. El Dios cristiano no es un ser solitario, sino que es familia, comunidad; de aquí la necesidad de combatir el individualismo, o la lectura de derechos humanos en clave individualista, a fin de construir un mundo más solidario
  • Creado como ser libre y señor de la creación. Comprensión que nos lleva a combatir las modernas forma de esclavitud, sobre todo esa que reduce al ser humano a productor y consumidor, y que lo aliena en lo más profundo de su ser.

Pobreza espiritual: ser libres para ser pobres; ser pobres para ser libres.

En nuestra reflexión sobre la primera bienaventuranza (Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos) se fue señalando que ser pobre de espíritu es despegarse de las cosas: dinero, convicciones, ideas políticas o religiosas, etc. que recuerda a Eckhart: “pobre de espíritu es aquel que no quiere nada, que no sabe nada y que no tiene nada”.

Vivir esa pobreza espiritual requiere integrar la oración y la contemplación en nuestra vida cotidiana. En ese sentido se recordó la aportación de Charles de Foucauld y, en particular su oración del abandono (... Haz de mí lo que quieras... Lo acepto todo,... Pongo mi vida en tus manos...)y en dejarnos seducir por Crist4o crucificado, como han hecho los grandes santos.

Esta pobreza espiritual también tiene sus peligros y, en particular se señalaron algunas cuestiones que pueden hacer mucho daño a la comunidad: el rico de espíritu (el fariseísmo) que se cree pobre y, desde su autocontemplación se cree capaz de juzgar y condenar a todos; o a las personas que acumulan para sí, sin compartir.

La opción por la pobreza supone ser pobres para ser libres; así mismo reconocer que hemos sido creados libres, una libertad para ser pobres. Asumir este camino no es fácil, pero hemos de llevarlo a nuestra vida personal, familiar,.... transformarnos nosotros para poder transformar.

Esas dificultades nunca pueden llevarnos a renunciar a la utopía, pues eso sería tanto como condenar a los pobres a su suerte, sin posibilidades de cambiar. Al contrario, deben llevarnos a recordar como en la Biblia las mujeres estériles juegan un papel determinante: la vida que surge allí donde parecía imposible.