viernes, 20 de octubre de 2017

Mujeres de la biblia: una herencia profética y liberadora

Vivimos una situación en la que la que todavía muchas personas siguen viendo natural que las mujeres estén destinadas a la sumisión, al anonimato, la opresión…  y sean reducidas a la condición de “objetos”.
Tratar de comprender este hecho, en el contexto de la historia de salvación, implicaría negar la acción salvadora de dios en el Pueblo de Israel, así como la práctica liberadora de Jesús, el Dios Encarnado, que vino a instaurar el Reino en medio de los pobres.
Por eso, tanto la Iglesia como la sociedad, se está cayendo en la cuenta de que la identidad y el ser de la mujer pertenecen a ese Dios que la creó a su imagen. Una nueva conciencia que va generando un proceso de cambios acelerados, estamos abriendo puertas que han estado cerradas por miles de años, vamos descubriendo nuevas perspectivas, otro modo de ser y estar en el mundo, otra manera de ver las cosas y leer la historia.
Desde esa nueva conciencia, en este XVII seminario de lectura de la realidad, vamos a volver los ojos a la historia intentando recuperar la herencia profética y liberadora de las mujeres de la Biblia. Mirada retrospectiva que esperamos nos ayude a descubrir la fecundidad liberadora del texto bíblico que nos muestran, de manera delicada y sencilla, rostros de mujeres, que a pesar del sufrimiento y oscuridad a la que fueron sometidas por la cultura y el poder patriarcal, fueron capaces de conquistar espacios de participación, desempeñar papeles importantes y generar vida en abundancia para el pueblo. Mujeres valientes, que rompieron barreras del sistema esclavista de su tiempo, defendiendo y rescatando la vida allí donde estaba amenazada. Mujeres inteligentes y sabias, mujeres discípulas, profetisas, misioneras, portadoras de la Buena Nueva del Reino.
Y nos proponemos hacer este recorrido en un espacio de oración, desde un doble convencimiento:
  • que es una nueva manera de comprender a Dios, de hacernos preguntas y aproximarnos al misterio de la transcendencia, que nos constituye, nos habita y sobrepasa
  • que nos ayuda a creer que es posible construir nuevas relación de equidad, respeto y reciprocidad entre las mujeres y los hombres, y a enredarnos en esa tarea.

Pero no podemos olvidar que la Biblia también está atravesada de sombras. No en vano es palabra inspirada, pero escrita por hombres y, en consecuencia, en un molde patriarcal, como queda de manifiesto en determinados pasajes en los que se legitima la violencia y el empobrecimiento de las mujeres; algo que no puede ser Palabra de Dios, y necesita ser reinterpretado desde otras claves. Un ejemplo: Nos fijamos en Jr 20,7 “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste, y me violaste. Yo era motivo de risa todo el día, todos se burlaban de mí”… Algunos autores hablan de esos textos de terror del Antiguo Testamento para referirse a los textos que legitiman la violencia contra las mujeres “en nombre de Dios”, y  y nos preguntamos ¿puede ser la experiencia de una violación un imaginario adecuado de Dios para las mujeres? ¿Que está legitimando? 

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